A finales de los años 70 ante la baja carga de trabajo de los astilleros españoles el gobierno de España bajo el mando de Adolfo Suarez dió facilidades financieras a través del Banco de Crédito Industrial a la construcción naval.

Así muchas navieras se aventuraron a construir nuevos barcos y algunos astilleros crearon Navieras que con las facilidades financieras contrataron buqués con alto valor.

Astilleros del Cantábrico constituyó la naviera Sureña SA que encargó dos buques petroquímicos al propio astillero el Cantábrico y el Mármara que fueron de las últimas construcciones del Astillero.El Mármara una vez botado al no entrar destino mejor fué contratado para llevar agua desde Puente Mayorga a Ceuta.

Salía a las siete de la mañana de Ceuta  a las nueve ya estaba cargando  y a las dos vuelta para Ceuta a bombear el agua a tierra en un pequeño embalse sin posible control.

Se averió una de las dos bombas de lastre de las que disponía el barco y la capacidad de deslastre quedó reducida al 50% insuficiente con la capacidad de carga, con lo cual mientras duró la avería nunca iba con la carga completa a efectos prácticos. En teoría al no haber topeo ni  otro tipo de control el barco siempre llegaba en calados de máxima carga.