Gijón año 1964

En octubre del año 64 llegamos a Gijón y fuimos a vivir a la calle Conde Toreno 31 bis bajo

No tengo recuedos de  que Gijón me llamase la atención ni me deslumbrase la diferencia tan enorme entre una aldea y una ciudad en plena efervescencia con sus paseos, cines, cafeterias, el mar y demás, quizás se debiese a que ya había estado todo un verano anteriormente con mi padrino  (tio Luis).

Gijón estaba en plena transformación,

A lo largo de la playa de San Lorenzo se estaban construyendo todas las edificaciones que hoy día dan sombra  a la playa.

El tranvía se estaba desmantelando. La construccion naval estaba en su apogeo Y Ensidesa ( a 25 Km )tenía el mayor número de empleados de su historia (20.000).

Dos años más tarde en el 66 comenzaría el  proyecto de una nuena sidedurgia integral en Veriña (UNINSA)

Nuestro padre trabajaba como ferrallista en la construcción de los edificios del Muro San Lorenzo. Nuestra madre hacia las labores de casa y cuando podía y había ocle la sacabamos del amar la secabamos y vendiamos, asi se ahorro para dar la entrada para comprar un piso en Conde Toreno 31 a donde nos mudamos en  mayo  de 1965

El Coto era un Barrio donde las únicas calles asfaltada eran Suarez Valdes y Ramón y Cajal Paralelas y las unian las demás calles donde la única asfaltada era la que pasaba por de la Carcel y el Cuartel de Simancas. El resto de calles eran de tierra y barro, sin aceras ni alumbrado que cuando llovía  se convertian en lodazales que había que sortear saltando de piedra en piedra.

Las calles estaban trazadas pero apenas había edificios, sólo agunos chalets, huertas y praos

 Al  año siguiente en mayo después fuimos los primeros en habitar el nº 31- 1º A. Edificio que aún se estaba rematando. Donde un año más tarde nuestros padres compraron también un semisotano de 50 m2 donde nuestra madre montó una pequeña tienda de alimentación

Un conocido de nuestros padres,  Don Justo, nos escolarizó en la Escuelona donde tenía el puesto de director. Yo entré en sexto (curso de los mayores ), donde Don Sixto ,un excelente maestro , nos dejaba embelesados escuchando sus lecciones de historia . Parecía que narraba una película del Oeste por la atención que poníamos.

Recuerdo que para ir a la escuelona íbamos por Conde Toreno ,que estaba sin asfaltar (ni aceras había, eran todo socavones llenos de barro y agua).Luego tomábamos la calle de la Paz, que tenía un trozo asfaltado y nos llevaba a La Santina .Cruzando prados y saltando de piedra en piedra pasábamos al lado del campo de futbol de los Fresnos, donde había chabolas habitadas por gitanos y portugueses. Recuerdo también que en muchas ocasiones,en invierno,  los charcos estaban helados .

Comíamos en el comedor escolar y el tiempo que nos sobraba lo dedicábamos a cazar grillos por los prados del entorno y a jugar a indios y vaqueros.

Al principio de los años sesenta no había tele en casi ninguna casa. Se iba al bar a ver la tele. Cuando daban el telediario había que estar en estricto silencio. Los que eramos niños cuando teniamos libre despues del telediario ibamos a ver las series del oeste, que estaban de moda, como Bonanza, El Virginiano, Daniel Boone,La Casa de la Pradera y otras. Teniamos que estar en silencio y sin movernos.

Al terminar el curso daban dos diplomas , uno de los cuales me concedieron por mi buen aprovechamiento escolar.

Tenía un tío,  Laureano,  que era cura parroco en Abadín, el cual se interesó en que siguiese estudiando así que me preguntó si quería ir al Seminario. Yo le contesté que quería estudiar pero no quería ser cura.

Ese verano lo pasé en Abadín, preparando examen de ingreso que fué en septiembre.