Río Turía, Taramundi, A Pontenova usos y costumbres.

 

Parroquias de Taramundi y Conforto por donde discurre el rio Turía

 

Os Teixóis. Conjunto etnográfico en el Arroyo «Das Mestas» afluente del Rio Turía

 

 

Parroquia de conforto con todos sus lugares (imagen de Maps)

 

 

Conforto visto desde Labrada

 

El río Turía discurre por dos parroquias, una situada en Asturias (Taramundi) y otra en Galicia llamada Conforto. De la primera proceden mis antepasados por línea paterna, que más tarde se establecieron en Conforto, localidad de mi familia materna.

Conforto es una parroquia que hasta el año 1954 dependía eclesiasticamente de la archidiocesis de Oviedo. A partir de entonces depende de la diocesis de Mondoñedo.

Aquí está el Santuario de Santa María de Conforto cuya festividad se celebra el ocho de septiembre.

En uno de los santuarios más importantes de la diocesis de Mondoñedo-El Ferrol

Esta parroquía pertenecía al ayuntamiento de Villaodrid hasta el año 1964 en que los ayuntamientos de Villaodrid y Villamea de fusionaron dando lugar al concejo de  «A Pontenova».

Nuestros padres  fueron: Arturo Alvarez Legazpi, herrero artesano que hacía cuchillos y navajas, y Esther Lejo Alonso .

Mi madre tenía dos hermanos. José y Jesús, su padre de nombre Jesús era conocido por Mingos ( apodo de la casa de mi madre) y quedó viudo al morir  su esposa (Mercedes) por unas fiebres tifoideas cuando nuestra madre  tenía doce años.

Mi abuelo nació el uno de enero de 1900 y murió en 1987.

Mi padre tenía nueve hermanos. Luis, Laureano, Manolo, Pepe, Amalia, Teresa, Carmina, Josefa y Maruja  y sus padres Manuel  ( herrero ) y Mónica. Eran conocidos por los  «diputados».

 

Forja con fuelle

 

Mi padre hacía cuchillos  aparte de esta actividad de artesanal, también se cultivaba maiz, trigo, centeno, cebada, nabos, patatas, remolacha, berzas y demás, complementado con tres o cuatro vacas más un burro. Las vacas nos daban leche, estiercol, tiraban del arado, del carro, un ternero de vez en cuando y por el invierno nos daban calor, pues la cuadra estaba dentro de la casa, en el bajo. También había dos o tres cerdos, gallinas y algún conejo suelto por la cuadra.

En esta parroquia de Conforto nací  en 1953.  Fui el cuarto hijo de  ocho que llegamos a ser (Manolo, José, Jesús, Yo, Mercedes, Ramón, Mónica y Teresa). Aquí viví con mi familia hasta octubre de 1964, fecha en la que nos trasladamos a Gijón.

Mis ocupaciones eran las siguientes: a las ocho ejercer de monaguillo para ayudar al cura en la misa (no había misa todos los días pués el cura estaba muy solicitado para fiestas, entierros y cabodeaños de las parroquias circundantes), de nueve a dos ir a la escuela donde enseñaba Don Enrique Fernández, estupendo maestro, que con la llegada de la democracia fue alcalde de A Pontenova durante muchos años y militó en casi todos los partidos  . A las dos comía y por la la tarde tocaba lindar tres vacas y un burro a los que llevaba a pacer a las fincas, montes y prados que tenia mi abuelo repartidos por los alrededores, cuando anochecía vuelta a casa, cenar y si  no había ningún quehacer a escuchar en la radio el «Parte» o la serie de «Matilde ,Perico y Periquín» serie patrocinada por Cola Cao. Donde en los anuncios salía la canción de    «Yo soy aquel negrito del África tropical…….. »

modelos de radio de la época, años sesenta

Los entretenimientos en aquella época eran: los domingo feira en «A Pontenova» o «Meira»  ( se alternaban) a donde se iba a comprar lo que se necesitase o  vender lo que hubiese o simplemente a entretenerse, luego estaba la misa en Conforto a donde iba toda la parroquia en aquellos tiempos, las fiestas en las aldeas de los alrededores, los entierros (cuando alguien moría se hacía el velatorio uno o dos días las  24 horas, donde se bebía, comía y reía, después se iba con el muerto dentro de la caja, llevada a hombros en procesión hasta la Iglesia donde se concelebraba una misa con diez o doce curas (el nº de curas dependía de la solvencia ecnómica del difunto, nunca menos de seis cura y a veces hasta  dieciséis) y una vez enterrado el difunto tenía lugar una comida donde iban los curas, familiares y amigos del difunto, que parecía una boda.

Otra manera de relacionarse eran los  trabajos que se hacían en común (participación de varias personas). Mallegas, matanzas, terrar, esfollar, esbillar, etc.

Las mallegas (separar el grano de la paja) se hacía en agosto septiembre. Cada familia recogía su cosecha de cereales (trigo, centeno, avena),  hacia una meda (pila) en la eira (era) Y allí aparecía un señor con una máquina, un motor y una peneira tirada por vacas o bueyes

La máquina separaba el grano de la paja. La peneira separa el grano de la cascarilla que lo envuelve. El motor mueve la peneira y la Máquina.

 

Peneira

 

Máquina que separaba la paja del grano

 

Parte interior de una máquina

Para realizar esta faena se juntaban de 15 a 20 personas, luego había comida y vino. cuando terminaban en una  era, pasaban a la de al lado

La matanza era de noviembre a febrero y consistía en matar los cerdos, despiezar, hacer el picadillo, salar y demás labores y se reunían varias personas y duraba uno o dos días.

Del cerdo se aprovechaba todo. La sangre se recogía y se mantenía en estado líquido  y se usaba para hacer alguna morcilla y hace filloas, similares a los frixuelos asturianos sustituyendo la leche por la sangre.

Receta de filloas

Las tripas se lavaban en el rio y luego se usaban para embutir los chorizos y para hacer callos.

La grasa se derretía y la parte líquida se guardaba para usarla más tarde para la conservación de los chorizos una vez curados y para cocinar. Los restos sólidos desgrasados se freían y se comían añadiendo les azúcar «ROXOES».

receta de ROXOES

Otra parte del cerdo se consumía en fresco en los días siguientes y el resto se hacia picadillo para consumir ya o embutir chorizos y morcillas lo restante se salaba ya que era la única manera de conservar la carne para el resto del año. Para salazón se destinaban los jamones, lacones, tocino, espinazo, rabo, orejas, cabeza y manos.

Lo que no se salaba o comía en fresco se hacia picadillo, adobaba y luego se embutía para luego colgar los chorizos y ahumarlos una vez ahumados y curados al gusto de cada cual se metían en recipientes de barro o potas y se les añadía grasa de cerdo en estado líquido y esos chorizos duraban todo un año o más, si no se comían primero.

máquinas y utensilios para picar carne y embutir

Los menudos,( corazón, hígado,  y demás) se consumían en los días de matanza o se destinaba a chorizos y morcillas ( no había mucha cultura de morcillas en la zona)

masera, se usaba para limpiar el cerdo una vez matado cuando la limpieza se hacía con agua caliente y luego era donde se colocaban todas las piezas del cerdo que se salaban

Terrar,  aterrar, era la labor más penosa. Consiste en coger la tierra en la parte baja de una finca pendiente y llevarla a la parte alta. Se hacia con cestos que se portaban sobre la cabeza. Esta labor se practicaba poco y se hacía en fincas con mucha pendiente y poco fondo de tierra.

Esfollar, deshojar, quitar las hojas a las espigas de maiz. Este quehacer era el que más a menudo se realizaba y donde la gente se entretenía más y mejor las manos estaban ocupadas con la panoña del amiz, pero la lengua estaba suelta y se usaba para contar cuentos, chistes, historias, bulos, chismes y pasar las  horas en los frios días de noviembre y diciembre alrededor de una buena lumbre en medio de los participantes. En este menester se podían reunir desde tres a doce personas o más a la vez.

Esbillar, quitar las castañas de los erizos. Estas castañas se consumían luego cocidas, crudas o asadas. Para asarlas se usaba un tambor  colocado en horizontal sobre la lumbre hecha en el hogar de la cocina, que estaba suspendido, colgado de una cadena (gramalleira) que descendía del techo.

potes usados en las «lareiras»

El tambor estaba lleno de agujeros por toda la envolvente donde tenía una abertura con una chapa que hacía de puerta, para meter y sacar las castañas. poe las tapas laterales sobresalía un eje que en uno de sus extremos  tenía una manivela para voltear el tambor,

 

 

Lo de esbillar y esfollar se hacia en las largas noches del otoño e inviernos reunidos por la noche alrededor del fuego y contando historias y chistes.

A continuación imagen de cocina con lareira, en los años 60 en Conforto practicamente. habían desaparecido.

Un elemento muy importante hoy en desuso era la «artesa» mueble realizado en Maderacon tapa donde se amasaba y fermentaba la masa que luego iba al horno para hacer el pan en el horno de casa

 

Este museo bien merece una vista a Grandas de Salime.

Estos son utensilios semejantes a los que yo conocí en la casa de mi abuelo Jesús en la casa de la Hermida.

Ahí se ve la pota suspendida da garmalleira, a veces la pota se colocaba sobre un trípode.

El fuego (hogar) se hacía en el suelo que ya estaba acondicionado para esta labor, No había chimenea, el humo ascendía al techo de la casa y se colaba por las rendijas de las losas de pizarras que conformaban el tejado.

Recuerdo que todo alrededor de este hogar había banco, para sentarse. los había con escaños Bancos con una tabla abatible que se usaba a la hora de comer

utensilios habituales en una cocina de los años 50

 

 

utensilios habituales en una cocina de los años 50

 

Lavadora. Tabla usada para lavar en casa. En el camino que pasa por debajo del cementerio había unos pilones donde los vecinos que vivían cerca, lavaban, otros lo hacían en el rio o en sus casa los que tenían agua

 

Otra labor penosa era Cavar o monte, que consistía en eso: Cavar  el monte donde los terrones se apilaban  una vez secos (burrueiras)  y  se les daba fuego. una vez cavado el monte se sembraban cereales (trigo, cebada o centeno) normalmente por un año y luego se dejaba a pradería.

También se hacía carbón vegetal que luego se usaba en las fraguas, los  que hacian cuchillos, navajas u otras herramientas.

Para hacer el carbón se usaba normalmente un cachopo (tronco viejo, seco y hueco), con el que se hacia leña a la que se le daba fuego para luego tapar la hoguera con terrones de tierra y así en ausencia de oxigeno la madera se convertía en carbón vegetal.

 

trampa sencilla y ligera hecha en madera que servía para cazar pajaros

Como podéis leer la gente estaba entretenida.

arados en madera o romanos

Gracias a mi ocupación como monaguillo recorrí casi todas las aldeas de la parroquia (Soutodemogos, Labrada, Valindarcas, Coirio, Os Candaedos, O Vilar, Figueirúa, Dodrín e Samomede y me quedan algunas a las que no recuerdo  haber ido ) acompañando al cura a bodas, bautizos, fiestas del lugar y llevando la extremaunción  y el viático (eucaristía) a los moribundos.

Recuerdo que una vez fui a Candaedos dar la extremaunción a un enfermo. el cual al enterarse  hizo la siguiente reflexión. «untura de botas, viaxe seguro».

Algo curioso

Mis tareas en Conforto.

Nací en Conforto parroquia de Villaoudriz ( hoy “ A Pontenova”) el 30 de enero de 1953 provincia de Lugo, región gallega de España y allí viví hasta octubre de 1964 en toda la familia nos fuimos a vivir a Gijón, Asturias

Mis labores de un día normal en Conforto con 9, 10 y 11 años eran de levantarme a la 07.30 desayunar e ir a la iglesia a hacer de monaguillo en la misa que el cura  “ Don Luis Peña Rodriguez”  Decía todos los días  en beneficio de las almas de los recién muerto para librarlos del purgatorio y llegasen al cielo.

A las nueve ir  a la escuela, el Maestro era Don Enrique. En aquellos tiempos de dictadura nos permitía hablar en gallego ( era,  lo único que hablábamos, el castellano nos lo enseñó el maestro). Don Enrique llegó a ser alcalde de Ayuntamiento de  “A Pontenova” con todos los partidos políticos una vez recuperada la democracia.

A las dos terminaba la escuela y tocaba ir a comer.

Después  de comer me iba con el burro y cuatro vacas a algún prado o monte a llevarlas a pacer hasta que al anochecer nos volvíamos a casa.

Aquí voy a relatar algo curioso que me aconteció.

Al cura “don Luis” le entretenía  pescar y cazar en ambas cosas era tan malo como buena persona.

Tenía un perro de caza que jamás había sido adiestrado, no tenía ni nombre.

Era el mes de junio sobre el día diez y me ofrecí al cura a llevar al perro conmigo y las vacas.

Ese día mis padres me mandaron ir con las vacas a Meilán una finca recién roturada toda rodeada de toxos (tojos) e xestas (retamas) de más de tres metros de altura. Allí me fui,  las vacas quedaron paciendo en la parte baja de la finca y me fui al parte de arriba con el perro.

Allí me dormí y cuando desperté las vacas y el burro allí seguían paciendo pero el perro no aparecía. Después de mucho buscarlo y no encontrarlo decidí ir ir a una aldea llamada “Labrada” que estaba a un km..

Labrada era una aldea con una capilla dedicada a San Antonio y siete casas donde vivían en aquellos tiempos siete familias y donde las gallinas andaban a su aire por los caminos, senderos, eras, cuadras, huertos y demás lugares.

Cuando llegué a la aldea había gran revuelo de gallinas. El perro del cura “Don Luis” había matado a unas cuantas, yo me hice con el perro y desaparecí. Por  suerte nadie me vio, la aldea estaba vacía, la gente  estaría trabajando en sus fincas o haciendo preparativos para la fiesta que era el día 13 de junio “San Antonio”

Todos los años el 13 de junio esa aldea celebraba su fiesta dedicada a San Antonio y allí íbamos el cura “Don Luis” y el monaguillo quera yo, a decir una misa en honor a San Antonio para rogarle que implorase al todo poderoso la protección para todos los habitantes de la aldea, sobre todo a los animales, San Antonio era y es en esta zona de España un santo muy querido y al que dedican muchos rezos y misas la gente de esos lugares.

Así fue como el día trece de junio el señor cura y yo fuimos a la fiesta de Labrada, dimos la misa en honor a San Antonio, escuchamos a los gaiteriros y luego nos invitaron a comer y entre todos comimos la sopa y el cocido de las gallinas que el perro del cura había matado.

Lo curioso es que nadie mentó la muerte de las gallinas ni nadie nos dijo nada.

¿Sabrían que el perro era del señor cura?

 

 

 

 

Un lugar al que nunca fui  con el cura, fue a Pacios.

En Semana Santa se organizaban misas y sermones en la iglesia con el fin de que los parroquianos se arrepintiesen de sus pecados y se confesasen, venían frailes y predicadores que se subían al púlpito con la iglesia repleta de gente soltaban largos sermones Hablando del infierno, el purgatorio y las infinitas penas y castigos reservadas a los pecadores. Los oyentes con caras largas y sobrecogedor silencio escuchaban, terminado el sermón en los confesionarios (más de seis) todos ocupados por confesores se producían largas colas de arrepentidos.

Uno de esos predicadores llegó a la Iglesia caminando por el camino lleno de barro y rogodones en un día frio y desapacible de marzo en sandalias y una niña de no más de seis años se le acercó y le dijo : E usté, ¿non ten cartos pa comprar uhas zocas? (usted no tiene dinero para comprar una madreñas o galochas)

En la parroquia en el 64 había cinco escuelas. Dos en Conforto ( niños y niñas ), Soutodemogos, Candaedos y Figueirua. El maestro lidiaba con todas las edades, desde los cuatro años a los catorce. A veces había adolescentes que el maestro los preparaba para poder examinarse de bachillerato, por libre.

En los años 50 y 60 las actividades del lugar eran la agricultura, ganadería, minería, la madera, la recolección de castañas,  nueces y la herrería artesanal de fabricación de navajas , cuchillos y otros utensilios .

Para algunos. La pesca de la trucha era una actividad importante en los años sesenta. Enrique de Calvín recuerdo que era un excelente pescador de truchas con caña a pulso, sin anillas, de bambú tradicional y cebo natural. Era muy madrugador volvía de pescar cuando otros iban. Otro pescador que conocí era Don Luis Rodriguez Peña, Cura de la Parroquia que a veces me llevaba con él a pescar. Lo que tenía de malo como pescador lo tenía de bueno como persona.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Visita a Taramundi

En el 53 existía una carretera que iba desde A Pontenova a Vegadeo, sin asfaltar de cuyo mantenimiento se encargaban los peones camineros que limpiaban las cunetas y parcheaban los baches con la tierra que sacaban de la cuneta. También había suministro eléctrico gracias a una central hidroeléctrica montada ( 1945 ) por Fernandito vecino do Mazo en el cauce del rio Turia a su paso por Pacios.

Existía un molino eléctrico propiedad de Fernandito donde los vecinos llevaban el trigo, centeno, avena y míiz a moler y pagaban en especie (maquila), normalmente se quedaba con el salvado.

A la vera del rio antes de llegar a la central hidroeléctrica estaba la serreria  de Agustín movida por el agua captada en una presa situada a la altura de Conforto. Alli parece que había un molino movido por el agua.

Conocí dos molinos hidraulicos ya fuera de servicio, uno en los prados de Vilanova (Propiedad de la Familia) en ruinas hoy día y el otro en la Hermida movido en sus tiempos por las aguas do rego da Hermida o Candaedos.

Una actividad muy importante en la zona hasta los años sesenta fué la minería en el ayuntamiento de Villaodrid. Esta actividad comenzó a principios de siglo con la estracción de minera y su reducción en los hornos contruidos en el Boulloso y en Pontenova, luego este mineral era transportado por via ferrea construida espresamente para esta actividad entre Pontenova y Ribadeo donde un cargadero era capaz a introducirlo en las bodegas de los barcos que desde allí lo llevaban a Inglaterra, Alemania Pais Vasco u otros destinos.

Uno de los tantos trabajadores de la mina de Villaodrid fué mi abuelo Jesús.

Minas de Villaodrid y cargadero de Ribadeo

 

 

Otra actividad transformadora conocida por mí antes del 64 fue una desnatadora en casa do » Farruquelo» en la Hermida, donde llevaban leche, la centrifugaban y separaban la nata del suero.

En el Lugar de Conforto, además de mi padre también  hacia cuchillos y navajas Camilo que tenia casa y taller en el barrio de Suabarra.

Había elaboración artesana de  «Zocos e Zocas». As  zocas era de madera y lo normal era ponerles clavos en la parte inferior para que no se gastasen pronto. Os Zocos eran de madera la suela y el reto de cuero, también llevaban clavos.

 

Imágenes de utensilios de la época

Gradas, utensilio para deshacer los terrones y la tierra quedase desmenuzada par sembrar

 

Carro del país normalmente tirado por dos vacas en zona del Valle del Turía

 

Herramientas, unas usadas en las labores del lugar, otras usadas en la propia ferrería

 

Forja donde se calentaba los hierro a trabajar

 

Un dato curioso aconteció el doce de junio del año 1960 en la Iglesia de Conforto. Ese día dio mi tío Laureano Alvarez Legazpi su primera misa como cura. Se bautizó mi hermana Mónica e hice yo la primera comunión.

Emigración a Gijón

A principios de los sesenta mi padre empezó a ver que allí no había futuro para tanta familia. Manolo, hermano mayor marchó a la mili voluntario Al ejercito del aire en la Virgen del Camino, León.

José estaba estudiando interno en el seminario de Mondoñedo.

Mi padre se va trabajar alas minas a León y de allí a otras de caolín cerca de Aviles. En el año 64  le dijo a nuestra madre que no volvía más al pueblo, que nos teníamos que mudar a Gijón.

Así fue como mi madre fue planificando todo para dejar el lugar donde habíamos nacido. Recuerdo que ese año una vaca que  había nacido y criado en casa se murió en su primer parto (fue de las pocas veces que vi a mi hermano Jesús llorar), otra vez se puso a parir una cerda y comenzaron a salir cerditos sin parar hasta seis.

Vendimos las vacas, el burro, el trigo se lo dimos a Millán el panadero (nos devolvió su peso en pan, llegaba vendiendo pan hasta Gijón desde A Pontenova traía pan a Gijón) y en octubre cargamos con los pocos muebles decentes que había y no venimos a Gijón a vivir de renta en un bajo de Conde Toreno 31-bis. en el Coto.